Cesc Fábregas era el refuerzo más esperado por los hinchas de Barcelona. El volante campeón del mundo hizo todas sus divisiones inferiores en el club de la Ciudad Condal, del cual además es reconocido fanático.
Por eso, cuando se confirmó el traspaso desde Arsenal, Fábregas pagó una vieja deuda. Y no sólo con él y los hinchas, sino que también con Josep Guardiola.
Cuando Cesc tenía sólo 13 años, y ya brillaba entre las jóvenes promesas de los catalanes, se vio muy afectado por la separación de sus padres. Por eso, y según explica el diario inglés The Sun, el entrenador del fútbol joven de la época le pidió a "Pep", en ese entonces volante de los blaugranas, que le firmara una camiseta.
"Para Francesc Fábregas, esperando que en un par de años te vea ocupando la número cuatro en el Camp Nou. Salud. Buena suerte. Pep Guardiola", dice el autógrafo en la camiseta.
Finalmente, ese deseo se cumplió.
Por eso, cuando se confirmó el traspaso desde Arsenal, Fábregas pagó una vieja deuda. Y no sólo con él y los hinchas, sino que también con Josep Guardiola.
Cuando Cesc tenía sólo 13 años, y ya brillaba entre las jóvenes promesas de los catalanes, se vio muy afectado por la separación de sus padres. Por eso, y según explica el diario inglés The Sun, el entrenador del fútbol joven de la época le pidió a "Pep", en ese entonces volante de los blaugranas, que le firmara una camiseta.
"Para Francesc Fábregas, esperando que en un par de años te vea ocupando la número cuatro en el Camp Nou. Salud. Buena suerte. Pep Guardiola", dice el autógrafo en la camiseta.
Finalmente, ese deseo se cumplió.
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